Encajonado entre Marruecos y Mauritania,
en el noroeste de África existe un pedazo de desierto, del tamaño de Nueva
Zelanda, que una vez llegó a ser provincia española. Tanto es así, que incluso
el territorio llegó a tener su propia matrícula (SH) y sus habitantes el
Documento Nacional de Identidad Español.
Aquel vínculo político se rompió de forma
desgarradora el 6 de noviembre de 1975 cuando 350.000 civiles, enarbolando
banderas marroquíes y portando retratos del rey Hasan II, iniciaron la marcha
hacia la última frontera de la España colonial.
Por los Acuerdos de Madrid de noviembre de 1975, España transferiría la
administración del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, y abandonaría
definitivamente el territorio en 1976 pero, más de cuarenta años después, el
problema continúa sin resolverse y el vínculo todavía perdura…